Continuamos con los consejos de las mamás como tú y yo, que aman a sus hijos y viven aprendiendo cada día a dar su mejor esfuerzo y deja el resto a Dios.
- Los tiempos de calidad con tus hijos edifican una relación fuerte.
No importa cuán ocupado sea nuestro día, el procurar disfrutar de un tiempo específico con mis hijos es lo que ha fortalecido y enriquecido nuestra relación. Comer juntos, ir a un café, platicar del futuro, disfrutar de nuestro lunes familiar con lo que ellos elijan, participar de nuestro devocional, escuchar sus planes, pasear, leer juntos, tomar tiempo con cada uno, etc. ¡El tiempo pasa tan rápido y creo que estos últimos cinco años han sido los que más hemos disfrutado! – Jeanett Carranco
- No inviertes tus fuerzas queriendo controlar cosas que no son tan importantes.
No le saques faltas a todo. “¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el Señor? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.” (Miqueas 6:8) –Cathy Kelley
- Para las mamás de adolescentes… Aprende a SIMPLEMENTE ESTAR con tus hijos.
Tal vez no sea lo más fácil cuando tus hijos son adolescentes, pero aprovecha cualquier momento que puedas para estar con ellos. Siéntate con ellos a ver la tele o a un lado de ellos nada más, no es necesario decir nada, simplemente el estar (con buena actitud y sin empezar a criticar nada, y no preguntes tampoco: ¿Qué estás haciendo o con quien hablas, eso les molesta, simplemente siéntate a estar y poco a poco ellos se van a interesar o sentir seguros, acompañados sin ser criticados o cuestionados). Cuando ellos te platican algo, realmente escúchalos, aunque para ti como mamá te parece trivial. Escúchalos e interésate en su plática, igual sin cuestionar mucho ni criticar ni sorprenderte, y poco a poco se sentirán en confianza y seguros de abrirse más contigo. Así en la medida de lo posible podrás irle dando los consejos que tú quieres darle. Otra forma es invitarlos a una nieve o un café frío de la nada y sólo disfruten en momento, igual sin regaños ni críticas, simplemente por pasar tiempo con ellos. Eso sembrará algo en ellos y te irás ganando su confianza. –Verónica Marmolejo
- Enfócate en la solución, no en el problema.
Esta es una frase que suelo repetir cada vez que me piden consejo. Muchas veces cuando algo sucede pensamos en encontrar al Culpable, en reclamar o llorar la pérdida, cuando podemos resolver el problema, si invertimos todo nuestro pensamiento en eso. Ya habrá tiempo para lo otro después. Otra cosa es que la Biblia nos enseña que somos padres malos que damos buenas dádivas, o sea que es muy probable que nos equivoquemos. Es importante enseñar a nuestros hijos que el padre celestial es perfecto y siempre está disponible. Aun cuando nosotros fallamos, él es fiel. – Diana Pereda
- La forma que duermes a tus hijos y la forma en que los levantas en la mañana significa mucho.
Para que un hijo duerma bien, debe sentir paz y seguridad. Dales su beso cada noche, aun si llegares cuando ya duermen. Ora con ellos y por ellos. Nunca les mandes a la cama estando enojada con ellos. Abrázalos. Crecerán más pronto de lo que esperas. Por la mañana, despiértalos con ternura, con un beso en la frente, y que las primeras palabras que escuchen cada mañana sean, “Yo te amo y Dios también”. Que la paz gobierne sus mañanas, empezando el día ambos con paz y bondad. Ora con ellos antes que salgan de la casa. Esto les dará confianza para el día y ganas de volver a casa en la tarde. Orar por ellos es de suma importancia, pero cuida que tus oraciones no sean sermones de corrección. Antes bien, con tus oraciones revélales a tus hijos cuán grande es el Dios a quien servimos y cuánto nos ama. La mayoría de esto he aprendido a la mala.
Convertirme en madre fue la cosa más preciosa que me haya sucedido después de casarme con mi amado esposo. Confieso que en ocasiones sentí fracasar en ambas cosas, pero eso es perfectamente normal. Como esposas y madres, todas nos equivocamos, pero la forma en que lidiamos con esos errores es la lección importante. He aprendido perdón y aceptación, como también ellos. Ser madre es uno de los trabajos más difíciles que existe. Ser madre es el mejor trabajo de todos. Para ser la mejor madre del mundo, tienes que amar a Dios por sobre todo, así como amar y honrar a su padre terrenal. Sus oídos están atentos y sus ojitos están mirando, aprendiendo de tus palabras y acciones. – Carol Williams
- Aprende a controlar tus emociones y responder en lugar de reaccionar.
Después de aprender a controlar tus emociones, practica diferentes maneras de RESPONDER a las situaciones en lugar de reaccionar (responder es una decisión, reaccionar es un rebote). Reconoce que debes tomar decisiones basadas en el mejor interés de tu hijo. Guíalo en el camino a la madurez y una relación sólida con el Señor, por medio de exhibir amor, honestidad, sabiduría y justicia. Ayúdalo a creer en un Dios de verdad pero también de misericordia. Practica el perdón con tu ejemplo. Haz lo que quieres que tus hijos imiten – como ser generoso, perdonador, amable y sumiso (como es debido). Escúchalos, Valóralos. Anímalos. No dejes que tu teléfono te robe de oírlos a ellos. Ora por ellos para que las circunstancias y los eventos se alinean con el plan de Dios para sus vidas. –Toy Jensen