No Fear

Hace unos años se hizo popular una marca de ropa que destacaba las palabras No Fear, a menudo con imagenes de deportes extremos. Según los creadores, su idea fue decir no al temor a la muerte, al fracaso, la pereza, y antes bien, atreverse a ir a más.

No fear suena bien y es un buen propósito, ¿pero es posible en nuestra vida hoy? Si uno mira las noticias, cada día parece más incierto que el anterior. La economía va para abajo y no hay quien se salve. El crimen y la violencia crecen y ya no estás seguro ni en tu casa. Si salgo de mi casa me expongo y puede que yo sea de los vulnerables que se muera del mortal virus. Entonces, ¿qué sería de mis hijos, mis padres o quien sea que dependa de mi? Si me quedo en casa, pierdo mi trabajo, mi medos vivienda y quizás la misma cabeza. O bueno, olvida el virus, porque parece que ya desapareció ahora que estamos al borde de la Tercera Guerra Mundial y probablemente se acaba el mundo. Sea cual sea el tema, el mensaje final que gritan los medios es el mismo- sus temores están fundados, tengan miedo.

Quizás eres de aquellos que han vetado los medios, escogiendo no sujetarse mas a la manipulación de las masas pero no por eso te salvas del temor.

Rehusaste asustarte por el virus y tomaste las medidas sabias pero la muerte llegó a tu casa. Y de ahí, luchas al diario con el temor que te puede pasar a ti o alguien mas de tus cercanos. Lo inesperado puede pasar cualquier día, no hay nada seguro, y debajo de tu sonrisa siempre está el temor de perder el control de tu vida. ¿Cómo no temer?

Eres joven tratando de saber que quieres hacer con tu vida. Tienes ideas y sueños pero, ¿cómo puedes saber cual es el mejor camino para realizarlos? Piensas en una carrera y en otra, en los pro y contra, tus habilidades y tus gustos. Escoges y empiezas a estudiar pero es dificil y dudas haberte equivocado o no poder terminar. ¿Cómo no temer?

Tienes poco de casada y esperas bebé. Es una emoción tan grande, algo increible sentir un pequeño creciendo dentro de tu vientre. Toda la vida lo soñaste y ahora será realidad, apenas soportas la felicidad. Al acercarse el día de tenerlo en tus brazos, te llueven los consejos de gente bien intencionada que te advierten de todo desde la muerte de cuna y las enfermedades infantiles a los robos de niños y accidentes caseros. ¿Podré ser buena mamá, criarlo bien y sacarlo adelante en este mundo tan inseguro? ¿Cómo no temer?

Cuando empiezan los recortes en el trabajo, tú escoges echarle todas las ganas y esperar lo mejor. Pero llega lo peor. Junta tus cosas y vete a casa, te dicen. Tu mundo parece derrumbarse, como si los años de trabajo no sirvieran de nada. Y aunque te armas de valor y sales a buscar, no ves que ninguna puerta que tocas se te abre. ¿Cómo no temer?

Estás por celebrar tus bodas de plata, tu hijo menor ya se va de la casa y empiezas a pensar en tu vida a solas con tu marido. Los ultimos 25 años se han centrado felizmente en sus hijos, gozando de cada etapa de su crecimiento y desarrollo. De pronto te das cuenta que te convertiste en la madre estrella pero ya no eres la joven divertida que enamoró a tu esposo hace tantos años cuando solo eran ustedes dos. ¿Cómo no temer?

Mucho antes de la invención de la marca, el Creador del universo estableció el principio de No Fear, no temor, cuando escogió hacer al hombre a su imagen y semejanza sin temor alguno y con dominio sobre todo lo que había en este mundo. Adán no temía ni al león ni al oso, no temía a la arañita viuda negra ni al escorpión. No temía las alturas, la oscuridad o el agua. No temía la enfermedad, la vejez o la muerte. No temía no tener comida o techo. No había qué temer porque Adán y Eva vivían en plena comunión y confianza en Dios. Vivían una vida sin temores… hasta un día cuando todo cambió. Dios se bajó a convivir con ellos como solía hacer pero en vez de acercarsele se escondieron de Dios y le dijo Adán, Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí. Dios había hecho toda provisión para el hombre, aun compartiéndole su misma naturaleza soberana en el mundo. Pero el momento que el hombre creyó poder elegir mejor que Dios, rechazó la voluntad divina, anulando su derecho a su poder, y así entró el temor al mundo.

Desde entonces prevalece el temor de alguna forma u otra. Tiene muchas caras y muchos motivos pero finalmente todos se reducen a uno – reconoces que eres vulnerable o expuesto a circunstancias que son o podrían ser desfavorables sobre las cuales no tienes control. Aunque algunos dirán que lo contrario del temor es la valentía, creo que eso no es del todo la verdad. La valentía puede ser la respuesta que escoges ante el temor, a pesar del temor, pero sigue siendo tu mejor esfuerzo humano de mostrarte indiferente al temor que sientes.

Para mi, lo contrario al temor es la confianza. Mientras Adán y Eva vivían en plena confianza en Dios nada temían. Pero cuando comieron del fruto que Dios claramente les había prohibido, escogieron confiar en su propio juicio por encima de Dios y así fue como negaron el acceso a los recursos de Dios y se sujetaron a sus propios recursos. Y mientras todo ser humano es creado maravillosamente a imagen de Dios, perdimos la semejanza a su naturaleza divina, y desde entonces todos nacemos sujetos a los limites de nuestra humanidad.

Perdona si parece que me volvi teológica, pero quiero que entiendas que Dios no corrió a Adan y Eva como un tirano que no soporta que le desobedezcan, no es así Dios. Y si lo percibes así, nunca difrutarás de la relación que debe ser tuya. Dios creó al hombre porque quería una familia, con el propósito de tener una relación íntima de amor y confianza, y le dio dominio sobre todo lo que había en el mundo para que lo administrara y lo disfrutara, teniendolo a él como respaldo en todo. Cuando el hombre traicionó esa confianza, le dolió infinitamente a Dios la separación y entró en acción de inmediato con su plan de contingencia a restaurar al hombre a la relación original con él y el mundo, lo cual anunció durante siglos hasta que se cumpliese con la venida de su hijo, Jesucristo.

Jesús vino al mundo y venció todo aquello que puede atemorizarnos. Cuando hubo cumplido su misión en la tierra- a traves de nacer, vivir, morir y resucitar victorioso sobre el pecado y la muerte- fue anunciado el cumplimiento de la obra para que todo aquel que quiere, puede ahora gozar de la vida de Dios. Esta es la noticia mas importante de todos los tiempos y Dios quiere que se grite a los cuatro vientos para que todos la conozcan. Cambió la historia para siempre y puede hoy transformar tu vida enteramente.

Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo por lo que Jesucristo hizo. Y Dios nos ha otorgado la tarea de la reconciliación. Dios tomó a Cristo, que no tenía pecado, y puso sobre él nuestros pecados, para declararnos justos por medio de Cristo. (1 Corintios 5:18, 21)

En al amor no hay temor, sino que el perfecto amor

echa fuera el temor.

Cuando crees la Palabra de Dios, su inmenso amor y el sacrificio que hizo Cristo en tu lugar estás listo para ser reconciliado con Dios y decirle adios al temor para siempre. El amor de Dios es tan perfecto que él nos amó cuando nosotros aun ni le tomamos en cuenta y siempre está al pendiente de nosotros deseando que nos acerquemos a él. Y cuando lo hacemos, él es pronto en responder y adoptarnos en su familia para siempre. Ve algunas de las hermosas palabras que nos dice.

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:18-19).

No lo pienses mas, hoy es el día para entregar tus temores en cambio por una relación personal con Dios. No es dificil, solo tienes que creer en tu corazón y con tu boca decirle que le crees. Dile gracias a Jesús por sacrificarse para que tú puedes ser adoptada hoy como hija de Dios y ser heredera de todas las promesas de Dios que con para sus hijos, y son muchisimas!

Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y si crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación. Porque la Escritura dice: Todo aquel que cree en él no será avergonzado. (Romanos 10:8-11}

Dios promete que el que cree en él no será avergonzado.

Una vez que tomas este paso nunca volverás a ser igual. No serás avergonzado porque has nacido como hijo de Dios y ahora tienes su poder y autoridad para estar encima del mundo, en vez del mundo encima de ti. Ahora tienes vida eterna por lo que no hay que temer la muerte, la muerte es solo un paso a la proxima etapa en la vida de Dios. Ahora tienes un Padre celestial que tiene todo cuidado de ti, no tienes que preocuparte ni afanarte por tus necesidades, sino ponerte en sus manos y confiar (Mateo 6:25-34).

Si crees que Dios no te conoce o que está muy ocupado como para estar al pendiente de ti, estás equivocado. Pon tu nombre en este texto y mira que te dice… ¿Por qué, pues, dices, oh _(tu nombre)__ [Jacob] ; y hablas tú, oh __(tu nombre)__ [Israel]: “Mi camino le es oculto al SEÑOR, y mi causa pasa inadvertida a mi Dios”? ¿No lo has sabido? ¿No has oído que el SEÑOR es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable. Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor. Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen. Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán (Isaías 40:27-31). Ese es el Dios que ahora está contigo. Creelo y recibe nuevas fuerzas de él.

Dios no te promete que ahora pasarás por la vida sin adversidades o situaciones que quieran agobiarte. Sí las tendrás, el mismo Jesús lo dijo, Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero CONFIEN, yo he vencido al mundo (Juan 16:33). No se trata de la ausencia de circunstancias atemorizantes sino de la presencia de Dios contigo y su fidelidad en cumplir sus promesas.

¿Cuáles son los temores que te han estado atormentando? ¿El temor del rechazo y de quedarte solo? ¿El temor de enfermedad o muerte? ¿El temor de no poder lograr la meta de la carrera o de perderlo todo? ¿El temor de no volverte a levantar? ¿El temor de no poder proveer por los tuyos? ¿El temor de tener significado en la vida, de vivir día en día sin que a alguien le importe, de morir sin dejar huella? ¿El temor a un peligro conocido o a lo desconocido que seguramente te llegará? Es tiempo de callar la voz del temor con la voz de Dios, buscando su promesa para tu necesidad. Búscala. Leela. Medítala día y noche hasta que tu corazón esté lleno de fe en Dios por la promesa. Entonces pídele a Dios que la haga palpable en tu vida y dale gracias por su cumplimiento. Y confia en él.

El remedio al temor es la confianza en Dios.

No mires la tormenta, mira a Jesús en tu barca. No mires las olas, mira a Jesús que te dice, Ven. No mires tu enfermedad, mira al Sanador. No mires tu cartera vacía, mira al Señor de toda la tierra. No mires tu soledad, mira al Señor que nunca te dejará ni te abandonará y te hace parte de una familia. No mires el problema, mira la respuesta. El remedio del temor es la confianza en Dios.

Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios.  ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, es el que también resucitó; quien, además, está a la diestra de Dios, y quien también intercede por nosotros.  ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligros, o espada? … Más bien, EN TODAS ESTAS COSAS somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos 8:31-39)

NADA NOS PODRA SEPARAR DEL AMOR DE DIOS, QUE ES EN CRISTO JESUS SEÑOR NUESTRO.

El amor de Dios echa fuera el temor así como la luz echa fuera la oscuridad. Cuando quieres prender la luz de tu cuarto cuando llegas en la noche, no gritas que se vaya la oscuridad ni haces escándalo. Solo llegas y mueves el interruptor CONFIANDO que el poder de la electricidad respaldará tu acción tal como su creador lo diseñó. Y sin más, la oscuridad ya no está. Cuando tú eres hijo de Dios, el poder más grande del universo habita en Cristo en tí. Debes declarar como tuyas las promesas del Creador y confiar, y no queda mas lugar para el temor. Acerquense a Dios y él se acercará a ustedes (Santiago 4:8).

Busqué al Señor y me respondió y me libró de TODOS mis temores. (Salmo 34:4) Solo hay una manera de vivir sin temor, CONFIA EN DIOS. Acerquémonos, pues, CONFIADAMENTE al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16)

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