Es el tiempo del año en que las tiendas ponen los cuadernos, mochilas y muchos materiales escolares cerca de la entrada para que empieces a llenar tu carrito con todo que necesitas tú o tus hijos para la próxima entrada a clases. Me trae muchos recuerdos de traer largas listas de útiles escolares – una para cada hijo- y las horas de buscar, tachar lo hallado y seguir buscando lo que no. Era un gran alivio poder decir finalmente, ya está todo. Ah y luego forrar una torre interminable de libros. Doy gracias a Dios por esos años con mis 6 preciosos hijos y también le doy gracias porque ahora esas responsabilidades les toca a ellos.
Es fácil sentirse verdaderamente abrumados en estas fechas. Ya sea que eres mamá con hijos bajo tu ala que están por entrar al nuevo año escolar o eres estudiante adulto sintiendo el estrés al acercarse el primer día de clases, ten ánimo- tú puedes hacer esto. Les invito a poner las cosas en perspectiva y no dejar que te pesen más de lo debido.
Primeramente, la escuela y la educación es parte de tu vida, no lo es todo. Es importante, sí. Puede ser muy útil, sí. Puede darte valiosas ventajas en la vida, sí. Puede enseñarte muchas cosas que usarás a través de la vida y/o tu carrera, sí (y otras cosas que nunca usarás). Pero aun así, no es lo mas importante y no debe acabar con tu paz.
Hay que poner tus prioridades en orden. Lo mas importante en la vida es tu relación con Dios, porque de él depende tu vida entera. Si le tomas en cuenta a él al iniciar cada día, El te dará la guía, la inteligencia y las fuerzas para lo que has de hacer. Proverbios 3:5-6 dice, Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Segundo es familia. La buena relación en familia es más importante que la escuela. No dejes que la presión de trabajos y calificaciones te estrese de modo que no dejes que tus hijos descansen y tengan tiempo para reírse y divertirse como los niños que son. Recuerda siempre afirmarles tu amor incondicional, que no depende en nada de sus logros sino solo de ser tus hijos. Mamá, no te alteres ni viertas el brote de tus frustraciones sobre tu hijo. Igual joven, la presión de tus estudios no hace valido faltarles el respeto a tus padres o a tus hermanos. Hoy estás en la escuela y mañana ya no, pero la familia es hasta que la muerte nos separa. Cuídala. Efesios 6:1-4 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Aquí les va unos tips prácticos- consejos que pueden mejorar su experiencia en aprendizaje.
Estar en sus clases a tiempo y estar atento. Cuando se trata de ser un buen estudiante, creo que debemos aprender como aprender. En mi opinión, los mejores estudiantes no son los que sacan las mejores marcas sino los que quieren crecer y mejorarse y se aplican a ese esfuerzo. Es verdad que hay materias que no nos interesan y quizás nunca usemos esa información, pero son requeridas por la institución. Puede que estas sean las más difíciles para aplicarnos porque podemos sentirnos forzados en vez de motivados. Pero entonces hay que levantar la vista al cuadro grande, recordar con expectativa el resultado final adonde te diriges y tomarlo como si fuera ese hígado que te daba tu mamá, algo necesario para el momento.
Administrar bien tu tiempo. Para administrar bien tu tiempo debes contemplar tres cosas. Uno, no te comprometas a mas de lo que puedes hacer. Aprende a decir “no” cuando es necesario por tus prioridades y salud. Dos, sé realista con el tiempo que apartas para trabajos y estudio. Piensa en el semestre pasado lo que te funcionó y lo que no. Reconoce si muchas veces no te alcanzó el tiempo que pensabas suficiente para estudiar. Agenda tiempo adecuado para las tareas y estudio. Tres, haz las cosas que debes hacer cuando las debes hacer. Anota tareas con fechas de entrega. Para proyectos, anota pasos y fechas para completarlos. Anota fechas de exámenes y repasa de antemano, si es posible una vez a la semana. No postergues.
Échale ganas. Mamá, no es tan importante “el debido nivel” o el 10 en cierto examen, más que pasar tiempo con tu hijo, escucharlo, comprender sus tiempos y expresar tu apoyo y amor incondicional. Mientras es importante para todo estudiante – chico y grande- aprender la disciplina, buenos hábitos de estudio y una meta de excelencia, su medida debe ser lo mejor que ellos pueden dar- sin compararlos con otros y mucho menos con sus hermanos. Jóven, no te compares con otros ni por su elección de estudios ni por su desempeño. Tú eres tú, solo dale lo mejor que puedes y deja lo demás a Dios. Salmo 25:1-2 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
Mantente motivada. Empieza cada día con gratitud a Dios por la vida y la oportunidad de estudiar. Hay mucha gente que quisiera estudiar y no puede. Recuerda a menudo la meta y el premio al final, el poder realizar el trabajo por el cual te estás preparando. Sea en las clases o en cualquier área de la vida, si mantienes una actitud enseñable, que es respetuoso, humilde y atento, recibirás la ayuda de Dios. Pídale a Dios y verás que te ayudará.
Amén👏🏼 ¡Qué buena palabra!👌🏻
Wooww me encanto 😍
Muy buena palabra!