¿Cuántas veces has oído la frase “tú eres lo que comes”? Lo primero que pensamos es en nuestro cuerpo y como lo alimentamos, ¿verdad? Si nos alimentamos sanamente, nuestro cuerpo recibe la necesaria nutrición y tendemos a una buena salud. Pero si comemos más comida chatarra, pronto se asomará de modo no grato en acné, celulitis, gastritis, etc. La salud total no se trata solamente del cuerpo sino de espíritu, alma y cuerpo. Nuestra salud mental, emocional y espiritual también depende de lo que ingerimos.
¿Estás consciente realmente de lo que te alimentas? Estamos rodeados de posible alimento todo el día. Todo cuanto oímos y vemos trae mensajes y pensamientos que vienen tocando a la puerta de nuestro corazón. En la mañana tienes un conflicto con tu marido y sus palabras de critica aun suenan en tu cabeza. Los anuncios que ves plasmado en la calle, gritan que la belleza y aceptación dependen de ser delgada y tener medidas imposibles sin cirugía. La canción que oyes en la gasolinera alimenta tu temor que tu hombre ya está viendo a otra. Pones las noticias para estar bombardeada de temor, inseguridad y desconfianza. Pones una serie familiar para distraerte un rato y te ríes con los hijos del papá bonachón pero medio inepto y la mamá que es la que sabe sin darte cuenta que empiezas a sentirte justificada por faltarle el respeto a tu marido. O te gusta ver las novelas, y yo creo que en casi cualquiera que te fijes, las parejas más protagonistas y felices son las que no son casados. ¿O no?
Dios nos dice en Proverbios 4:23, Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Otras versiones dicen “con toda diligencia guarda tu corazón” y “vigila atentamente tu interior”. Hay muchas cosas que quizás guardamos en la vida, pero aquí, Dios dice que esta es la más importante de todas porque del corazón depende la salud de nuestra vida. Por lo tanto, debemos ser como una guardia que nunca falla en estar en la puerta cuidando que no entre nadie sin la debida autorización. Una multitud de pensamientos nos llega pero nosotros decidimos, conscientemente o inconscientemente, cuales vamos a recibir, cuales vamos a dejar entrar a nuestro corazón para afectar nuestra mente, emociones y creencias.
Dios no nos deja solos para tratar de adivinar como poder guardar el corazón, sino nos dice claramente en Filipenses 4:6-7. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Primero, en vez de preocuparte por cualquier cosa, llévalo a Dios pronto en oración, que significa conversación con él. Exprésale tu necesidad y pide su ayuda y dale gracias en fe creyendo que él hará.
Segundo, reposa dejando que la paz de Dios, que no es según circunstancia ni razón sino según el poder de Dios, guarde y gobierne tu corazón y pensamiento- tú tienes que decidir creer,confiar y reposar- entonces fluye el poder de Dios.
Y tercero, aplica este super filtro por el cual debemos pasar los pensamientos- si no pasa alguno de las pruebas, no lo dejes entrar. ¿Este pensamiento es verdadero? Sí, ok sigue. ¿Es honesto? Sí, ok sigue. ¿Es justo? Sí, ok. ¿Es puro? Si. ¿Es amable? Ijole, la verdad que no es amable. ALTO ALLÍ, NO PUEDE PASAR! NO PUEDE ENTRAR A MI CORAZÓN. Pide a Dios te ayude a entender su palabra. Establece guardia hoy en la puerta de tu mente y corazón y sé DILIGENTE en vigilar lo que recibas- como si tu vida de ello dependiera- PORQUE SI DEPENDE DE ELLO.
(Serie: Renueva tu mente, Transforma tu vida)