There are times when we tell ourselves, just keep on keeping on. I remember years ago when we visited Glacier National Park as a family with 3 little ones, and a friend convinced us to accompany her on a couple mile hike to a lake and waterfall. We started out with a quick pace and high spirits imagining the sight ahead, but by an hour into the forest, we were wishing we hadn’t gone. If it wouldn’t have been for the prodding of our friend and the thought that we were probably closer to the end than to the start, we would have turned around, but we didn’t. I guess we were pretty wimpy, but we weren’t hikers nor interested in being them. It really got to the place of just telling myself, keep going, we can make it, and I sure hope it’s worth it. Well, we did make it, and the view was a breathtaking display of God’s creation we had never seen, so we forgave our friend and enjoyed.
Nehemiah led the people in the rebuilding of the walls of Jerusalem that had been destroyed by enemies. It was hard work, and on top of the physical labor, they were dealing with past hurts and oppression from within, and present discouragement and opposition from without. Nehemiah was convinced that he was where he was supposed to be and doing what he was supposed to do, so he determined to not look left nor right, but to keep on keeping on to the finish. As the word of God was ministered, Nehemiah said to the people, Don’t be sad for the joy of the Lord is our strength. The name Nehemiah means comforter and is a type of the Holy Spirit, who leads, teaches, and comforts us.
“…rejoicing in hope, patient in tribulation, continuing steadfastly in prayer.” (Ro.12:12NKJV)
The more we know God and His word, the more we understand that the life He has for us is so much more than we are living, and we yearn for it. And as much as we believe Him that we are on the right path, there are times that we would like to turn back or even just sit down and cry. Faith is the substance of things hoped for, the evidence of things not seen. It is the firm conviction based on God’s word that it will not return void but what he said is already done, and we will soon see it in our lives. Hope is more an expectation in the wait, the anchor of our soul based on God’s unfailing love that holds us as we go through. But joy is the strength God gives us in the middle of the two, in the wait and perseverance, so we continue steadfast, not wavering according to what our eyes see or our ears hear. So, whatever you are going through today, set your mind to hope on the promise of God. Determine to maintain the right attitude of praise and gratefulness instead of griping for the duration which is true patience. And stay oh so close to God each and every day no matter what, because it is in His presence that we experience fulness of joy.
Read Pr.10:28; Is. 9:3; 35:10; John 15:11, Col. 1:27; Heb. 12:2; James 1:2-3; 1 Peter 1:8-9; Ro. 15:13
Pray giving God your doubt, despair, and impatience, and ask Him to fill your heart with joy in expectant hope for the duration of the trek.
Día 23: Dios Sí te llevará al final
Hay momentos en los que nos decimos a nosotros mismos, simplemente hay que seguir adelante. Recuerdo hace años cuando visitamos el Parque Nacional Glacier en familia con 3 pequeños, y una amiga nos convenció de acompañarla en una caminata de un par de millas hasta un lago y una cascada. Comenzamos con un ritmo rápido y buen ánimo imaginando la vista que teníamos por delante, pero a una hora de entrar en el bosque, estábamos deseando no haber ido. Si no habría sido por la insistencia de nuestra amiga y la idea de que probablemente estábamos más cerca del final que del principio, nos habríamos dado la vuelta, pero no lo hicimos. Supongo que estábamos muy fuera de forma, pero no éramos senderistas ni nos interesaba serlo. Realmente llegué al lugar de decirme a mí misma, sigue adelante, podemos lograrlo, y espero que valga la pena. Bueno, lo logramos, y la vista era una muestra impresionante de la creación de Dios que nunca habíamos visto, así que perdonamos a nuestra amiga y lo disfrutamos.
Nehemías dirigió al pueblo en la reconstrucción de los muros de Jerusalén que habían sido destruidos por los enemigos. Era un trabajo duro, y además del trabajo físico, estaban lidiando con las heridas y la opresión del pasado desde adentro, y el desaliento y la oposición presentes desde afuera. Nehemías estaba convencido de que estaba donde se suponía que debía estar y haciendo lo que se suponía que debía hacer, por lo que decidió no mirar a la izquierda ni a la derecha, sino seguir hasta el final. Cuando la palabra de Dios fue ministrada, Nehemías dijo a la gente: No se pongan tristes porque el gozo del Señor es nuestra fuerza. El nombre Nehemías significa consolador y es un tipo del Espíritu Santo, que nos guía, enseña y consuela.
“… gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración.” (Ro.12:12RVA2015)
Cuanto más conocemos a Dios y Su palabra, más entendemos que la vida que Él tiene para nosotros es mucho más de lo que estamos viviendo, y la anhelamos. Y por mucho que le creamos que estamos en el camino correcto, hay veces que nos gustaría dar marcha atrás o incluso simplemente sentarnos y llorar. La fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las cosas no vistas. Es la firme convicción basada en la palabra de Dios de que no volverá vacío, pero lo que dijo ya está hecho, y pronto lo veremos en nuestras vidas. La esperanza es más una expectativa en la espera, el ancla de nuestra alma basada en el amor infalible de Dios que nos sostiene a medida que avanzamos. Pero el gozo es la fuerza que Dios nos da en medio de los dos, en la espera y la perseverancia, por lo que continuamos firmes, sin vacilar de acuerdo con lo que nuestros ojos ven o nuestros oídos escuchan. Así que, sea lo que sea que estés pasando hoy, llena tu mente con la esperanza en la promesa de Dios. Determina mantener la actitud correcta de alabanza y gratitud en lugar de quejarte por la duración lo cual es la verdadera paciencia. Y permanece muy cerca de Dios todos los días sin importar qué, porque es en Su presencia que experimentamos la plenitud del gozo.
Lee Pr.10:28; Is. 9:3; 35:10; Juan 15:11; Colosenses 1:27; Heb. 12:2; Stg.1:2-3; 1 Pedro 1:8-9; Ro. 15:13
Ora dándole a Dios tu duda, desesperación e impaciencia, y pídele que llene tu corazón de gozo en esperanza expectante durante la duración de la caminata.