Go with me for a minute to an exclusive club at opening time and there are a lot of people wanting to get in. Can you see the line? Inevitably, everyone must go through the security check where they are asked for ID. Some people are ushered right in because they have an invitation from the owner. Some are let in after scrutiny. Suddenly you see a couple of people pulled out of the line and turned away because of fake ID. And the couple that tries to sneak around the doorman is caught and thrown out.
Now go to the door of your mind. You are the bouncer, and it’s your responsibility to check, analyze, receive, and reject the thoughts that come knocking on your door. Any thought can knock, some try to sneak in, and some try to convince you they are valid when they are not. Although there are many things in life you can’t control, God has given you the capacity to open and close the door to your mind, that is, to decide what you think about. You must be vigilant, catch wrong thoughts, and throw them out quickly before they can get a foothold.
“…bringing every thought into captivity to the obedience of Christ and being ready to punish all disobedience when your obedience is fulfilled.” (2 Co. 10:5-6)
As a follower of Christ, you need to be aware of the fiery darts the enemy shoots at you. Did God really say that? (doubt) You’ll never get ahead (discouragement). Your mother died of cancer, and so will you (fear). You can’t ask God for help since you haven’t even read the Bible in a week… or… Do you think God will hear you after what you did? (condemnation, isolation) You are an impossible wreck (rejection, despair). Follow your impulses with your co-worker or look at some pornography; what the wife doesn’t know won’t hurt her (sexual immorality, deceit). I have to go shopping, live in a certain place, or get the newest iPhone (materialism). What she said or did to you is unforgiveable (judging, unforgiveness). And many more…
Though you may FEEL any given thought is true, that doesn’t mean it is. Our emotions are given us by God as sensors and are as important as having feeling in your hand so you don’t burn it. Emotions are responses to what we believe to be true and should be acknowledged as such. But like binoculars must be adjusted to be able to see our object clearly, we need to focus back on God’s truth which doesn’t depend on us believing or feeling. If He said He will never leave nor forsake me, He is right here with me even if it doesn’t seem so. If He said His mercies are new every morning, today is a new opportunity and God is for you. So, examine every thought through the lens of God’s word, stop anything that contradicts it dead in its tracks, don’t even think about it, just bounce it out of your mind.
Read and pray Psalm 139. Praise God for creating you wonderfully and uniquely and having a plan thought out for you. Thank Him for being ever present with you. Ask Him to examine your thoughts and help you get rid of what you should. The fact that everyone says it or does it, doesn’t make it true or right. Distrust your emotions and reasoning and trust God.
Día 11: Deténlo en seco
Ve conmigo por un minuto a un club exclusivo a la hora de apertura y hay mucha gente que quiere entrar. ¿Puedes ver la fila? Inevitablemente, todos deben pasar por el control de seguridad donde se les pide una identificación. Algunas personas son introducidas directamente porque tienen una invitación del propietario. Algunos son dejados entrar después del escrutinio. De repente ves a un par de personas sacadas de la fila y despedidas debido a presentar una identificación falsa. Y la pareja que intenta escabullirse alrededor del portero es atrapada y expulsada.
Ahora ve a la puerta de tu mente. Tú eres el portero y es tu responsabilidad verificar, analizar, recibir y rechazar los pensamientos que llaman a su puerta. Cualquier pensamiento puede tocar, algunos intentan colarse y otros intentan convencerte de que son válidos cuando no lo son. Aunque hay muchas cosas en la vida que no puedes controlar, Dios te ha dado la capacidad de abrir y cerrar la puerta a tu mente, es decir, de decidir en qué piensas. Debes estar atento, detectar pensamientos equivocados y desecharlos rápidamente antes de que puedan afianzarse.
“… llevando cada pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y estando listo para castigar toda desobediencia cuando tu obediencia se cumpla”. (2 Co. 10:5-6)
Como seguidor de Cristo, debes ser consciente de los dardos de fuego que el enemigo te dispara. ¿Realmente dijo Dios eso? (duda) Nunca saldrás adelante (desánimo). Tu madre murió de cáncer y así morirás tú también (temor). No puedes pedirle ayuda a Dios ya que ni siquiera has leído la Biblia en una semana… o… ¿Crees que Dios te escuchará después de lo que hiciste? (condenación, culpa, aislamiento) Eres un desaastre (rechazo, desesperación). Sigue tus impulsos con tu compañero de trabajo o mira algo de pornografía; lo que la esposa no sabe no le hará daño (inmoralidad sexual, engaño). Tengo que ir de compras, vivir en un lugar determinado o comprar el iPhone más nuevo (materialismo). Lo que ella te dijo o te hizo es imperdonable (juzgar, no perdonar). Y muchos más…
Aunque puedes SENTIR que cualquier pensamiento dado es cierto, no significa que lo sea. Nuestras emociones nos las da Dios como sensores y son tan importantes como tener sentimiento en la mano para que no la quemes. Las emociones son respuestas a lo que creemos que es verdad y deben ser reconocidas como tales. Pero al igual que los binoculares deben ajustarse para poder ver nuestro objeto con claridad, necesitamos enfocarnos en la verdad de Dios, que no depende de qué creamos o sintamos. Si Él dijo que nunca me dejará ni me abandonará, Él está aquí conmigo, incluso si no lo parece. Si Él dijo que Sus misericordias son nuevas cada mañana, hoy es una nueva oportunidad y Dios es por mi. Por lo tanto, examina cada pensamiento a través de la lente de la palabra de Dios, detén en seco cualquier cosa que lo contradiga, ni siquiera pienses en ello, y simplemente sácalo de tu mente.
Lee y ora el Salmo 139. Alaba a Dios por crearte de manera maravillosa y única y por tener un plan pensado para ti. Agradécale por estar siempre presente contigo. Pídele que examine tus pensamientos y te ayude a deshacerte de lo que deberías. El hecho de que todo el mundo lo diga o lo haga, no lo hace verdadero ni correcto. Desconfía de tus emociones y razonamientos y confía en Dios.