Perlas de Sabiduría para Mamás- de mujeres como tú (3a. pte)

El libro de Proverbios 1:8-9 dice, “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.”

  1. Instruir es actuar, modelar la vida para los hijos.

Algo que considero es primordial en una relación padres e hijos es el pedir perdón prontamente y perdonar prontamente, considero que en ocasiones esa acción va como en contra de lo que se nos ha enseñado en nuestra cultura la cual es “papá y mamá nunca se equivocan” lo cual no es cierto. Y considero en ocasiones eso hace crecer a nuestros hijos siendo difícil perdonar y pedir perdón al reconocer una acción incorrecta o que pudo haberse hecho o dicho de otra forma (no tiene que ser precisamente algo super malo como muchos creen) sino simplemente algo que se pudo haber hecho o dicho mejor. En casa, hemos puesto en práctica viendo un excelente resultado al sentir que no hicimos o dijimos lo correcto con ellos, al escuchar de ellos algún sentimiento hacia lo que se actuó o dijo ( tomar siempre la importancia de cómo lo recibieron) pedir perdón a Dios primero consultándolo en intimidad con El cómo nuestra primera voz. Así El da la guianza de cómo resolverlo, ya que El conoce mejor a cada uno de nuestros hijos más que nosotros. Luego prontamente pedir perdón a ellos, y aun declarando que nos importa lo que sintieron lo cual no era la intención de papá o mamá pero si ellos lo sintieron así, entonces hay algo que pedir perdón y corregir y en todo momento haciendo referencia de que lo platicamos con Dios y Dios mostró esto.

Nuestro amor nunca está en discusión

        Consideramos que ha fortalecido en ellos: confianza en expresar como se sienten, que nos importan, que pedir perdón y perdonar rápido tiene excelentes resultados en el corazón, ser abiertos a qué el Espíritu de Dios nos muestre cuando algo no está bien o se pudo haber hecho mejor (Dios es la fuente de todo conocimiento y sabiduría). Nuestro amor nunca está en discusión , ellos saben que aunque nos podemos equivocar como familia , nunca es por falta de amor sino porqué como seres humanos somos dependientes de Dios constantemente y nos está perfeccionando poco a poco.  Vivirlo para ellos está siendo más fácil desde ahorita, porque lo ven en casa como algo natural.   Proverbios 22:6 instruir es actuar 💜 modelarlo para ellos.  –Imer Lucas

  1. Asegurar a mis hijos que les amaba incondicionalmente, hablar la verdad plena siempre y vivir el evangelio con ellos desde sus primeros conocimientos fueron claves para mí.

Cuando eran pequeños, a la que estaba más insegura, le decía siempre que le amaba tanto, tanto, tanto que vivía en mis ojos. Se impresionaba y se me acercaba mucho y me miraba fijamente a los ojos, hasta verse reflejado en ellos. Y claro, se emocionaba todo y me abrazaba y se sentía bien segura. Me encanta, que ahora hace lo mismo con su hijo. Y al otro, que era muy pero muy travieso, le aseguraba que pasara lo que pasara, me debía siempre decir la verdad y que yo le creería (con trato de meñique). Y creció siendo un niño muy honesto, diciéndome las cosas tal como fueran.

No esperes para presentar el evangelio hasta cierta edad, el evangelio es siempre, es nuestra vida.

        Luego cuando crecieron, buscaba oportunidad de platicar con cada uno solo, cita mamá e hija, mamá e hijo. A mi hija, para aconsejarla sobre ser mujer, los muchachos, etc.  Y a mi hijo, le enseñaba sobre la importancia de ser el hombre de la casa, y su responsabilidad así como Cristo prepara a la iglesia gloriosa, a él le tocaba cuando se casaba, preparar a su esposa con mucho amor y tacto y paciencia, moldearla en el Señor. Te animo, habla siempre la verdad como es. Y no esperes para presentar el evangelio hasta cierta edad, el evangelio es siempre, es nuestra vida. —Cane Vega

Un Asunto de Vida o Muerte

Hace años, cuando tenía a mis primeros hijos pequeños, leí el relato de un misionero en África y me impactó bastante. Un día su niño estaba jugando en un árbol frente a la casa y cuando el misionero salió y miró al niño jugando en el árbol de inmediato le dijo, “Hijo, cae al suelo”. El niño rápidamente se tiró al suelo y en seguida le dijo su papá, “Ven a mí gateando”, y eso hizo hasta que su papá le dijo, “Ahora ponte de pie y corre hacia mí”.  Así que el niño se paró y corrió hasta llegar a su papá. Suena raro esto no. Pero ya que llegó su hijo a su lado, el misionero le dijo, “Voltea y mira donde estabas en el árbol”.

Cuando el padre salió de la casa y miró a su hijo jugando en el árbol, vio justo atrás de él una terrible víbora venenosa colgada. ¿Qué hubieras hecho tú si fueras ese padre? ¿Te paralizas, gritas, corres? ¿Y si fueras el hijo jugando y tu padre te dijera “Cae al suelo”, ¿lo harías sin voltear y preguntarle por qué, o decirle, ahorita voy o aun no quiero? Ese movimiento o la demora probablemente le hubiera costado la vida. Pero gracias a Dios, el hijo confió en su papá y estaba entrenado a obedecer inmediatamente sin cuestionar.  Esta historia termina como nos gusta, feliz y con vida.

¿Qué tal si hubiera sido uno de tus hijos- hubiera tenido el mismo fin? Muchos padres bien intencionados dicen amar tanto a sus hijos que los disciplinan poco o nada, los consienten y dejan que consigan su voluntad. Se ven en las reuniones corriendo como les da la gana, en el supermercado exigiendo se les compre algo que quieren y con sus compañeros queriendo que siempre se haga como ellos digan. El mundo nos sugiere tales métodos cómo esperar hasta que estén de edad de entender… dejarles espacio/tiempo hasta que estén listos para obedecer… todos merecen una razón para obedecer…  y excusar la desobediencia porque el niño se siente enojado, triste u ofendido. Pero piensa un momento, ¿qué hubiera pasado si el hijo del misionero hubiera estado acostumbrado a uno de estos? Es verdad que no vivimos en África y probablemente no tengas que preocuparte por una víbora, pero eso no hace menos importante este principio de la obediencia absoluta.

Nuestro Dios es un Padre amoroso, más que cualquier padre o madre terrenal

Nuestro Dios es un Padre amoroso, más que cualquier padre o madre terrenal, pero su amor no se basa en una emoción sino en el propósito de desarrollar una relación íntima contigo en la cual tú confías que él cuidará de ti y siempre hará lo mejor para tu bien. Dios no solo pensó en un plan de bien para tu vida, sino fue delante de ti y preparó las obras específicamente diseñadas para que tú las hicieras (según Efesios 2:10). Luego mandó escribir un manual de la vida, que revela su carácter y sus intenciones, describe la mejor manera que puedes caminar a través de esta vida y da la invitación a cada uno a escoger creerle y seguirle.

Si le seguimos a él y obedecemos su guía, él promete cienes de bendiciones sobre nosotros, como sanarnos y liberarnos del poder del pecado, salvarnos de la condenación eterna que nos separa de él, protegernos del mal, reprender al devorador que nos roba de la provisión de nuestra casa, poner su favor sobre nuestro hogar, paz y seguridad para que no tememos mal alguno, gozo en vez de desesperanza en medio de los tiempos más difíciles y nos da propósito y dones para ser usados para su gloria y el bien de otros. No obstante, si hay otro lado, porque así como Dios es amor, también es verdad y justicia. Si no caminamos siguiéndolo a él, no tendremos la protección de todo el mal que reina en este mundo caído que cada día es más. La elección es nuestra- tuya y mía – y nadie la puede hacer para otro.

Mira lo que Dios nos dice en su Palabra: Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29)  Dios no pretende que sea complicado sino sencillo.

Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos (Dt. 30:11)

                Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga… Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais… os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; ESCOGE, PUES, LA VIDA, PARA QUE VIVAS TÚ Y TU DESCENDENCIA (Deut. 30) [Énfasis mía].

El Padre pone delante de nosotros las dos cosas- dice, Es así en el mundo, nada es a la fuerza. Tú puedes escoger tus acciones pero no puedes escoger las consecuencias. Pero debes saber que estás escogiendo. Tal como el niño que escoge desobedecerte porque le da la gana correr a la calle por su pelota justo cuando un carro viene a toda velocidad, no puede evitar las consecuencias de sus acciones que pueden ser muy dolorosas o aun mortales. O el hijo crecido que escoge desobedecer las autoridades y robar “solo una vez”, cuando sorprendido, no puede escoger no sufrir la penalidad. De la misma manera, yo no puedo escoger vivir la vida a mi manera y esperar la ayuda y la bendición de Dios conmigo.

Puedes escoger tus acciones pero no puedes escoger las consecuencias

Tú que estás leyendo esto hoy, eres uno de 3 tipos de personas: 1) Hasta ahora has vivido según tu propia opinión, sin tener una relación personal con tu Creador quien quiere adoptarte como hijo suyo y transformar tu vida como solo él puede. -O- 2) Eres un hijo de Dios porque ya creíste a su palabra y la obra de Cristo para ti y habiéndote entregado a él, procuras vivir cada día conforme su guía. –O- 3) Eres un hijo de Dios que te entregaste a él pero te alejaste de sus caminos por las cosas que sufriste o viste o juzgaste o te juzgaron.

Sea quien seas, la respuesta de Dios para ti hoy es la misma: En tiempo aceptable te he oído,  Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. (2 Corintios 6:2)

                Si eres del grupo 1, hoy puedes creer en tu corazón que Jesús es el Señor y que Dios lo resucitó de los muertos y que vive hoy para ser tu Salvador y Señor. Háblale hoy en tus propias palabras, entrégale tu vida y recibe la suya en tu lugar y vendrás a ser hijo de Dios con la bendición de vida eterna.

                Si eres del grupo #2, dale gracias a tu Padre por sus bendiciones pequeñas y grandes, pero también examina las áreas en la cuales no ves la bendición como quisieras y arrepiéntete donde has faltado a la obediencia. Recuerda que el padre al hijo que ama disciplina para llevarlo a más.

                Y si eres del grupo #3, anímate a volver prontamente al Padre quien te espera con los brazos extendidos y el perdón ya otorgado cuando vienes arrepentido (1 Juan 1:9). Renueva hoy tu confianza en él y tu compromiso a su plan y él enderezará tus caminos (Pr.3:5-6).

Recuerda, es un asunto de vida y de muerte para mí, para ti, para tus hijos y para todo el que nos rodea. La obediencia debe ser inmediata y absoluta. La obediencia parcial o a mi manera/tiempo no es obediencia, es desobediencia.

escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días.

Perlas de Sabiduría para Mamás- de mujeres como tú (2a. pte)

Continuamos con los consejos de las mamás como tú y yo, que aman a sus hijos y viven aprendiendo cada día a dar su mejor esfuerzo y deja el resto a Dios.

  1. Los tiempos de calidad con tus hijos edifican una relación fuerte.

No importa cuán ocupado sea nuestro día, el procurar disfrutar de un tiempo específico con mis hijos es lo que ha fortalecido y enriquecido nuestra relación. Comer juntos, ir a un café, platicar del futuro, disfrutar de nuestro lunes familiar con lo que ellos elijan, participar de nuestro devocional, escuchar sus planes, pasear, leer juntos, tomar tiempo con cada uno, etc. ¡El tiempo pasa tan rápido y creo que estos últimos cinco años han sido los que más hemos disfrutado!   – Jeanett Carranco

  1. No inviertes tus fuerzas queriendo controlar cosas que no son tan importantes.

No le saques faltas a todo. “¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el Señor? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.” (Miqueas 6:8)  –Cathy Kelley

  1. Para las mamás de adolescentes… Aprende a SIMPLEMENTE ESTAR con tus hijos.

Tal vez no sea lo más fácil cuando tus hijos son adolescentes, pero aprovecha cualquier momento que puedas para estar con ellos. Siéntate con ellos a ver la tele o a un lado de ellos nada más, no es necesario decir nada, simplemente el estar (con buena actitud y sin empezar a criticar nada, y no preguntes tampoco: ¿Qué estás haciendo o con quien hablas, eso les molesta, simplemente siéntate a estar y poco a poco ellos se van a interesar o sentir seguros, acompañados sin ser criticados o cuestionados). Cuando ellos te platican algo, realmente escúchalos, aunque para ti como mamá te parece trivial. Escúchalos e interésate en su plática, igual sin cuestionar mucho ni criticar ni sorprenderte, y poco a poco se sentirán en confianza y seguros de abrirse más contigo. Así en la medida de lo posible podrás irle dando los consejos que tú quieres darle. Otra forma es invitarlos a una nieve o un café frío de la nada y sólo disfruten en momento, igual sin regaños ni críticas, simplemente por pasar tiempo con ellos. Eso sembrará algo en ellos y te irás ganando su confianza.   –Verónica Marmolejo

  1. Enfócate en la solución, no en el problema.

Esta es una frase que suelo repetir cada vez que me piden consejo. Muchas veces cuando algo sucede pensamos en encontrar al Culpable, en reclamar o llorar la pérdida, cuando podemos resolver el problema, si invertimos todo nuestro pensamiento en eso. Ya habrá tiempo para lo otro después.  Otra cosa es que la Biblia nos enseña que somos padres malos que damos buenas dádivas, o sea que es muy probable que nos equivoquemos. Es importante enseñar a nuestros hijos que el padre celestial es perfecto y siempre está disponible. Aun cuando nosotros fallamos, él es fiel. – Diana Pereda

  1. La forma que duermes a tus hijos y la forma en que los levantas en la mañana significa mucho.

Para que un hijo duerma bien, debe sentir paz y seguridad. Dales su beso cada noche, aun si llegares cuando ya duermen. Ora con ellos y por ellos. Nunca les mandes a la cama estando enojada con ellos. Abrázalos. Crecerán más pronto de lo que esperas.  Por la mañana, despiértalos con ternura, con un beso en la frente, y que las primeras palabras que escuchen cada mañana sean, “Yo te amo y Dios también”. Que la paz gobierne sus mañanas, empezando el día ambos con paz y bondad. Ora con ellos antes que salgan de la casa. Esto les dará confianza para el día y ganas de volver a casa en la tarde. Orar por ellos es de suma importancia, pero cuida que tus oraciones no sean sermones de corrección. Antes bien, con tus oraciones revélales a tus hijos cuán grande es el Dios a quien servimos y cuánto nos ama. La mayoría de esto he aprendido a la mala.  

Con tus oraciones, revélales a tus hijos cuán grande es el Dios a quien servimos y cuánto nos ama.

        Convertirme en madre fue la cosa más preciosa que me haya sucedido después de casarme con mi amado esposo. Confieso que en ocasiones sentí fracasar en ambas cosas, pero eso es perfectamente normal. Como esposas y madres, todas nos equivocamos, pero la forma en que lidiamos con esos errores es la lección importante. He aprendido perdón y aceptación, como también ellos. Ser madre es uno de los trabajos más difíciles que existe. Ser madre es el mejor trabajo de todos. Para ser la mejor madre del mundo, tienes que amar a Dios por sobre todo, así como amar y honrar a su padre terrenal. Sus oídos están atentos y sus ojitos están mirando, aprendiendo de tus palabras y acciones.  – Carol Williams

  1. Aprende a controlar tus emociones y responder en lugar de reaccionar.

Después de aprender a controlar tus emociones, practica diferentes maneras de RESPONDER a las situaciones en lugar de reaccionar (responder es una decisión, reaccionar es un rebote). Reconoce que debes tomar decisiones basadas en el mejor interés de tu hijo. Guíalo en el camino a la madurez y una relación sólida con el Señor, por medio de exhibir amor, honestidad,  sabiduría y justicia. Ayúdalo a creer en un Dios de verdad pero también de misericordia. Practica el perdón con tu ejemplo. Haz lo que quieres que tus hijos imiten – como ser generoso, perdonador, amable y sumiso (como es debido). Escúchalos, Valóralos. Anímalos. No dejes que tu teléfono te robe de oírlos a ellos. Ora por ellos para que las circunstancias y los eventos se alinean con el plan de Dios para sus vidas.   –Toy Jensen

Ora por ellos para que las circunstancias y los eventos se alinean con el plan de Dios para sus vidas.

Aprendiendo a Esperar

¿Alguna vez has estado en una conversación e irrumpe tu hijo para pedirte algo? ¿O le dices a tu hija que te espere que regreses y la bajarás algo pero no espera y lo quiebra? ¿O quizás el hijo que sabe que no debe agarrar el carro pero como no quiere esperar que te levantes de tu siesta, se le hace fácil “ir rapidito al Oxxo”? Este principio es muy importante y no aprenderlo puede acarrear graves consecuencias.

Si yo hubiera sido Samuel en el relato que vamos a ver, creo que le hubiera dicho a Saúl, ¿qué parte de “esperar” no entendiste?

Aquellos que me conocen bien, saben que no soy de muchos rodeos. Aunque muchos dicen que soy una persona muy paciente, con frecuencia aun sale brillando mi cultura “gringa” de decir las cosas tal como las pienso y a veces eso significa con poca bondad (Perdóname, quien le ha tocado. Aun soy una obra bajo construcción.) Sin embargo, ceo que hay veces que todos necesitamos que nos hablen sin rodeos, al grano,  para que entendamos, aprendamos y corrijamos nuestro caminar.

En 1 Samuel 13, vemos un relato en la vida del Rey Saúl, en que enfrentaba guerra con un pueblo enemigo. En ese tiempo, Samuel era el sacerdote y profeta de Dios y le dijo a Saúl que esperara a que viniera a él en siete días. Pasaron los 7 días y no se sabía nada de Samuel, y los soldados estaban temerosos y desertaban. Entonces Saúl se impacientó y decidió que debía actuar por su cuenta, así que ofreció sacrificio y ofrendas de paz para implorar el favor de Dios para el pueblo. Apenas terminó cuando llegó Samuel preguntándole qué había hecho y así Saúl se excusó. Pero Samuel se entristeció.

Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová, tu Dios, que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. (1 Samuel 13:13-14)

No parece que hubiera hecho algo malo, ofrecer sacrificios y pedir el favor de Dios. El problema es que según el mandato de Dios, solo el sacerdote debía hacer esos sacrificios y Saúl lo sabía bien. Sabía el orden de Dios y sabía que Samuel le dijo que lo esperara, pero decidió por su propio criterio que estaba justificado. Y aun con la reprensión de Samuel no aprendió la lección, ya que en el capítulo 15, otra vez se le adelanta al representante de Dios y usa su propio criterio. Dios le hace saber claramente que la obediencia es mejor que el sacrificio (1 Samuel 15:22), y su acto de desobediencia le costó su reino.

Creo que esos siete días de espera eran para enseñarle a Saúl la obediencia, paciencia y dependencia en Dios. Dios lo había elegido como rey de su pueblo y quería enseñarle para que los gobernara bajo él. Tristemente, Saúl reprobó la prueba y siguió reprobando, porque no aprendió a esperar en Dios.

TENEMOS QUE ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS A ESPERAR, EL TIEMPO QUE SEA NECESARIO Y CON LA ACTITUD CORRECTA. Empieza cuando están pequeños, con prácticas a propósito para que aprendan a esperar- esperar que termines de hablar, esperar que esté lista la comida, esperar para cruzar la calle, esperar lo que sea necesario. Ojo, es enseñar a “esperar” no es “exasperar”. No les pruebes más allá de su capacidad según su edad. (Por ej. o te recomiendo que hagas esperar mucho a un pequeño que pide ir al baño.) Recuerda que los hijos aprenden más de nuestro ejemplo que de nuestras palabras, así que tenemos que ser ejemplo de la paciencia- así en casa y con Dios.

TENEMOS QUE APRENDER NOSOTROS A ESPERAR A DIOS. Como que no batallamos tanto con que nos diga “sí” y aun “no”, pero “espera” es difícil, porque queremos respuesta y solución y la queremos ya. Pero los tiempos de Dios no son nuestros tiempos y muchas veces es más importante la espera que la respuesta. A veces por no esperar, algo que podría ser un “sí” se convierte en un “no”, porque no esperamos. ¿Qué le has pedido a Dios y no ha llegado la respuesta que pides? ¿Tu pareja o un hijo? ¿La provisión o sanidad? ¿Un carro, trabajo, cambio? ¿Qué cambie a tu marido? ¿Qué regrese a tu hijo?  

Dios es más importante que cualquier petición y la relación con él y sus verdades NO SON NEGOCIABLES. Siempre será más valioso el Dador que el don. Acércate hoy al Padre, pídele perdón por tu impaciencia, alábale por su grandeza y fidelidad y espera sus fuerzas y un nuevo gozo.

Isaías 40:31 dice…pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Y Salmo 40:1-3 Pacientemente esperé a Jehová,  Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.

Dios bendice al hogar donde se le honra

El Salmo 128 dice: Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.

En el hogar, el temor a Dios se ve en la atmósfera que se vive. Cuando hacemos consciente a toda la familia que Dios está en medio de nuestro hogar en todo momento, esto va a afectar como nos hablamos los unos a los otros, las cosas que vemos y lo que hacemos. No se trata de algo religioso sino de reconocer que Dios es nuestro Padre- el mejor Padre por haber, perfecto, amoroso y santo. Y queremos que encuentre agradable habitar con nosotros.

Paz, unidad y amor reinarán en este hogar y el legado de los hijos será desear lo mismo para su vida y su futuro hogar.

Decir que Dios bendice al hogar, claro que no significa que todo es perfecto, ni en orden ni conducta. Pero cuando reconocemos a Dios como la Cabeza de nuestro hogar y levantamos sus estándares como los nuestros, nuestro buen Padre cumple sus promesas hasta a los hijos de los hijos.

Vemos su orden en Efesios 5:15-6:3.

Todos debemos aprender a someternos los unos a los otros por amor. Eso significa que porque amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, le tenemos consideración y pensamos en su deseo y necesidad, no solo en el nuestro. Mientras hay indicaciones específicas para el esposo, la esposa, los padres y los hijos, esta regla sigue siendo el principal.

The Blame Game

WHOSE FAULT IS ALL THIS?

It seems like when we face a difficult situation, suffering, injustice or trial, we are always quick to look where to place the blame. And boy, can we spin off on that, so much that the blame becomes the subject. (Any resemblance to life every day all day on the news and social media is not mere coincidence but human nature in all its glory, or should I say, its gory?!)

While there is a place for accountability, both here and now and when we stand before the throne of God, our focus through all things should be one and the same- God’s glory and His eternal purposes. He has chosen you and me to carry on His works.

Have you gotten distracted?
It is yet day, and it’s time for us (Yes, you too!) to be actively and consciously shining His light each and every day and in every possible situation- at home, out and about and in cybernetic conversations.
Do people (even those closest to you, or rather, especially them) see Jesus in you and want more? Shine, Jesus, shine!

And his disciples asked him, saying, Master, who did sin, this man, or his parents, that he was born blind? Jesus answered, Neither hath this man sinned, nor his parents: but that the works of God should be made manifest in him. I must work the works of him that sent me, while it is day: the night cometh, when no man can work. As long as I am in the world, I am the light of the world. (John 9: 2-5)