When a hunter goes to hunt ducks, he is usually expecting to shoot them in flight when they hear him coming, but if he somehow gets close enough without startling one, the sitting duck is an easy target and won’t even know what hit him.
The Bible warns us that we have an enemy with evil intentions towards us, because in the moment we surrender our life to Christ, God transfers us out of the dominion of Satan’s kingdom of darkness to the kingdom of light of God’s son. Satan doesn’t like to lose power or pawns, so we need to be familiar with his devices and strategies which focus primarily on attacking our mind.
Be sober, be vigilant; because your adversary the devil walks about like a roaring lion, seeking whom he may devour. (1 Peter 5:8) [Note, it doesn’t say he IS a lion, nor that you should fear him, but you do need to be in control of your senses and be on the watch.]
Then you must, Resist him, steadfast in the faith. Experts say that if a lion comes toward you, your best chance is to stand your ground, standing as tall as you can, and usually he will turn and go his way. Resist here is a military term that means to stand your ground even under heavy attack. The key to successful resistance is your faith. This is confirmed when we are told to put on the whole armor of God to stand against the wiles or schemes of the devil, taking the shield of faith with which, you will be able to quench all the fiery darts of the evil one. Satan cannot read your mind, but he can sure try to infiltrate it by shooting you fiery negative thoughts, partial truths, misunderstood scriptures, and outright lies. You need to stand firm in faith which is firm conviction in God’s truth and trust in Him.
Read 1 Peter 5:8-9; 2 Co. 2:10-11; Eph. 6:10-16; James 4:6-8.
Pray according to James, willingly submitting yourself to God and declaring resistance to the devil. Ask God to show you areas of your heart and mind that need purifying. Repent and choose wholehearted faith in God.
Día 7: ¿Eres un blanco fácil?
Cuando sale un cazador a cazar patos, generalmente espera dispararles en vuelo cuando lo oyen venir, pero si de alguna forma logra acercarse lo suficiente sin asustar a alguno, el pato sentado es un blanco fácil y nunca sabrá lo que le pasó.
La Biblia nos advierte que tenemos un enemigo con malas intenciones hacia nosotros, porque en el momento en que entregamos nuestra vida a Cristo, Dios nos transfiere del dominio del reino de las tinieblas de Satanás al reino de luz del hijo de Dios. A Satanás no le gusta perder ni poder ni peones, por lo que debemos estar familiarizados con sus artimañas y maquinaciones que se centran principalmente en atacar nuestra mente.
Estén sobrios, estén atentos; porque tu adversario el diablo camina como un león rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5:8) [Tenga en cuenta que no dice que ES un león, ni que deba temerle, pero sí debes tener el control de tus sentidos y estar atento.]
Entonces debes, Resistirlo, firme en la fe. Los expertos dicen que, si un león viene hacia ti, tu mejor oportunidad es mantenerte firme, de pie tan alto como puedas, y por lo general se volverá y seguirá su camino. Resistir aquí es un término militar que significa mantenerse firme incluso bajo un fuerte ataque. La clave para una resistencia exitosa es tu fe. Esto se confirma cuando se nos dice que nos pongamos toda la armadura de Dios para oponernos a las artimañas o planes del diablo, tomando el escudo de la fe con el cual, podrás apagar todos los dardos ardientes del maligno. Satanás no puede leer tu mente, pero puede tratar de infiltrarse en ella disparándote pensamientos negativos ardientes, verdades parciales, escrituras incomprendidas y mentiras descaradas. Necesitas mantenerte firme en la fe, que es una firme convicción en la verdad de Dios y confiar en Él.
Lee 1 Pedro 5:8-9; 2 Co. 2:10-11; Efesios 6:10-16; Santiago 4:6-8.
Ora según Santiago, sometiéndote voluntariamente a Dios y declarando resistencia al diablo. Pídele a Dios que te muestre las áreas de tu corazón y mente que necesitan purificación. Arrepiéntete y elige la fe en Dios de todo corazón.
